El 16 de noviembre de 1519 fue fundada la Villa de San Cristóbal de La Habana Su nombre nace de la fusión del nombre del santo escogido para bautizarla y del nombre por el cual se le conoció en sus primeros asentamientos, ya que el nombre Habana proviene de un poderoso cacique de la zona llamado Habaguanex. Esta hipótesis está considerada la más veraz y más lógica sobre el origen del vocablo que da nombre a nuestra capital, porque existen otras como que este proviene de una corrupción de la palabra haitiana “sabana”, la extensión de tierra como la conocemos, y otra tesis plantea que viene de haven o gaven que significa puerto o fondeadero.

La verdad absoluta sobre la razón para su nominación está perdida en el tiempo y la Villa de San Cristóbal de La Habana continua siendo hoy una hermosa ciudad a las puertas del Caribe cargada de una historia inigualable entre sus palacios, mansiones coloniales, plazas, calles adoquinadas, iglesias, antiguas fortalezas y viejos muros.

Convento de San Francisco de Asís



Frailes franciscanos tomaron en posesión el terreno en 1579 en el cual se construyó el edificio que funcionó como sede al antiguo templo y convento de San Francisco de Asís, dicha fabricación duró 12 años.

En 1739 se consagró el templo, que por la magnificencia de su espacio interior, llegó a convertirse en el preferido de la sociedad habanera.

Al ser promulgadas en 1842 las leyes desamortizadoras de los bienes del clero por el Ministerio de Hacienda Español, se inició un extenso período de cambios en el inmueble, siendo esto la causa de la desaparición de innumerables valores que en ese lugar se atesoraban. El edificio fue destinado como almacén, depósito de la Aduana de La Habana y Casa de Correos. En 1850 se demolieron el ábside, el crucero y la cúpula de la Iglesia, producto de el mal estado en que se encontraban después del paso del ciclón de 1846.

Solo hasta fines de la década del 80 del siglo XX que comenzaron las labores arqueológicas en esa edificación. Durante las excavaciones fueron descubiertas algunas criptas y diversos objetos, que contribuyeron a develar nuevos detalles sobre su historia.

Luego de una intensa restauración, entre 1992 y 1995, que logró rescatar elementos originales del edificio, se inauguran la iglesia y su convento como sede del Museo de Arte Religioso. Su colección incluye imágenes, objetos de orfebrería, mobiliario, piezas arqueológicas y pinturas de distintas escuelas de Iberoamérica, algunas de ellas pertenecientes a los fondos del Museo Nacional de Bellas Artes. La Basílica se ha convertido además en sala de concierto dedicada a la música coral y de cámara. Los salones y galerías del antiguo convento acogen diversas muestras transitorias de artistas contemporáneos cubanos y extranjeros, y sirven de escenario para conferencias, presentaciones de libros y eventos nacionales e internacionales.

En 1999 se inauguró el Jardín Madre Teresa de Calcuta, decorado con obras escultóricas de artistas contemporáneos. En sus predios se levanta la Sacra Catedral Ortodoxa Griega San Nicolás de Mira consagrada el 25 de enero de 2004 por Su Toda Santidad Bartolomeo I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla.

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